Ciudadanos del conocimiento

Gestión de la introducción de la innovación tecnológica en educación.

Al considerar una innovación como algo nunca antes visto, introducir nuevas formas de hacer las cosas  no es tarea fácil. La introducción de innovaciones tecnológicas en la educación es un proceso administrable cuyas posibilidades de éxito dependen en gran medida de una adecuada planeación. De su descubrimiento a la adopción, se identifican cinco pasos agrupados en dos fases: (Alanís, 1991, Rogers 2003) la primera, denominada iniciación que comprende: descubrimiento, persuasión y decisión; da paso a la segunda fase denominada implementación, cuyos pasos son implementación y adopción. Es importante considerar los costos y beneficios que toda innovación trae consigo, dentro de los costos directos se considera la adquisición de la tecnología o equipamiento necesarios mientras que los  indirectos consideran la capacitación requerida o el costo de salir más allá del statu quo. Se pueden identificar al menos cinco grupos de usuarios dependiendo de la rapidez de la adopción, estos se identifican como: pioneros, innovadores tempranos (considerado el grupo más importante),mayoría que a su vez se subdivide en temprana y tardía hasta finalizar con los rezagados. Para que una innovación tecnológica tenga un crecimiento saludable dentro de una organización, es necesario contar con diferentes tipos de soporte conforme avanza hacia la maduración; parte de nuestro quehacer como agentes de cambio educativos, consiste en distinguir los apoyos que necesarios en cada una de las etapas de innovación, a fin de implementarlos de conformidad a las necesidades y metas que se planea alcanzar.

Un nuevo modelo educativo centrado en la persona: compromisos y realidades.

Considerando nuestro rol de estudiante como protagónico en la acción educativa, este modelo incrementa la motivación por aprender, facilita una mayor retención de lo aprendido, un conocimiento más profundo de las temáticas y una actitud más positiva hacia la materia (Bonwell y Eiso, 1991; Johnson et al., 1991a; Mckeachie, 1986; Meyeres y Jones 1993). Siguiendo el orden de los círculos concéntricos , en la segunda posición aparecen los profesores cuyas actividades primordiales son entre otras,  el conocimiento de sus alumnos (diagnóstico), diseño instruccional de acuerdo con las necesidades y particularidades de los alumnos, facilitación o mediación del aprendizaje, evaluación y retroalimentación de los estudiantes, y la reflexión sobre la práctica (Gagé y Briggs, 1990; González y Flores, 2000). En el tercer círculo aparece el área del conocimiento o disciplina básicamente los contenidos temáticos. La cuarta posición circular se refiere al contexto institucional, en esencia las características de la institución en las que se implementa el modelo. El quinto círculo escenifica el contexto sociodemográfico que envuelve a la institución. Finalmente el sexto círculo, que incluye los anteriormente descritos, corresponde al marco filosófico, es decir los objetivos que se pretende alcanzar en el hecho educativo. Este modelo facilita apreciar una visión holística de la educación con una doble interacción entre los niveles, al leerse desde el centro hacia la periferia o viceversa. Este modelo representa el nuevo desafío que como educadores debemos promover en la práctica docente.

Hacia una nueva sociedad del conocimiento: retos y desafíos para la educación virtual :

La economía demanda el uso de ideas y la aplicación de la tecnología (innovación) más que de habilidades físicas y la transformación de materiales. (The World Bank WB, 2003). Como ciudadanos del conocimiento somos agentes de cambio en la construcción de un nuevo orden social, en el que nuestra aportación coadyuve al desarrollo sostenible, mediante herramientas, procesos y modalidades educativas características de una sociedad del conocimiento, tal es el caso de la Universidad Virtual.     Esta modalidad posibilita integrar el binomio trabajadores y ciudadanos del conocimiento, a la par de las competencias que reclama la aldea global, bajo una filosofía educativa humanista cuyos enfoques de aprendizaje andragógico y constructivista desarrollan formas de pensamiento respecto a qué y cómo aprendemos formando con ello nuevo conocimiento.